La química
ambiental, denominada también química
medioambiental es la
aplicación de la química al estudio de los problemas y la
conservación del ambiente.
Estudia los procesos químicos que tienen lugar en el medio ambiente global, o en alguna de sus partes: el suelo, los ríos y lagos, los océanos,
la atmósfera, así como el impacto de las actividades humanas sobre nuestro
entorno y la problemática que ello ocasiona.La química de la
atmósfera, a medida
que la comunidad internacional presta más atención a las tesis del ecologismo (con acuerdos internacionales como el protocolo de Kioto para reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero), es una
disciplina que ha ido cobrando cada vez más importancia.
El desarrollo de esta disciplina
mostró las graves consecuencias que tuvo para la capa de ozono el uso generalizado de los clorofluorocarbonos. Tras las experiencias con la lluvia ácida,
la combinación de química medioambiental e ingeniería química resultó en el desarrollo de los
tratamientos para limitar las emisiones de las fábricas.
También la química medioambiental se
ocupa de los procesos, reacciones, evolución e interacciones que tienen lugar
en las masas de agua continentales y marinas por el vertido de contaminantes antropogénicos. Asimismo, estudia los tratamientos de dichos vertidos para reducir su carga dañina.
También hay interacción entre la
llamada Química sostenible o Química verde y la preservación del ambiente, pues
aquella estudia optimizar los procesos productivos químicos, eliminando
productos secundarios, empleando condiciones menos agresivas (de presión y
temperatura, de tipo de disolvente).
La química ambiental se encarga de
realizar la supervisión de los proyectos industriales, teniendo en cuenta el impacto ambiental.
La Química sostenible (también llamada Química verde) consiste en una
filosofía química dirigida hacia el diseño de productos y procesos químicos que
implica la reducción o eliminación de productos químicos, se basa en 12 principios:
1. Prevención. Es mejor prevenir la formación
de residuos que tratar de limpiar tras su formación.
2. Eficiencia atómica. Los métodos sintéticos deben
ser diseñados para conseguir la máxima incorporación en el producto final de
todas las materias usadas en el proceso.
3. Síntesis segura. En cuanto posible, se deben
diseñar metodologías sintéticas para el uso y la generación de sustancias con escasa
toxicidad humana y ambiental.
4. Productos seguros. Se deben diseñar productos
químicos que, preservando la eficacia de su función, presenten una toxicidad
escasa.
5. Disolventes seguros. Las sustancias auxiliares
(disolventes, agentes de separación, etc.) deben resultar innecesarias en lo
posible y, cuanto menos deben ser inocuas.
6. Eficiencia energética. Las necesidades energéticas
deben ser consideradas en relación a sus impactos ambientales y económicos. Los
métodos sintéticos deben ser llevados a temperatura y presión ambiente.
7. Fuentes renovables. Las materias de partida deben
ser renovables y no extinguibles, en la medida que esto resulte practicable
técnica y económicamente.
8. Evitar derivados. La formación innecesaria de
derivados (bloqueo de grupos, protección/desprotección, modificación temporal
de procesos físicos/químicos) debe ser evitada en cuanto sea posible.
9. Catalizadores. Los reactivos catalíticos (tan
selectivos como sea posible) son superiores a los estequiométricos.
10. Biodegradabilidad. Los productos químicos han de
ser diseñados de manera que, al final de su función, no persistan en el
ambiente, sino que se fragmenten en productos de degradación inerte.
11. Polución. Se deben desarrollar las
metodologías analíticas que permitan el monitoreo a tiempo real durante el
proceso y el control previo a la formación de sustancias peligrosas.
12. Prevención de accidentes. Las sustancias y las formas de
su uso en un proceso químico, deben ser elegidas de manera que resulte mínima
la posibilidad de accidentes.
1. Anastas, Paul T., and Warner, John C. (1998). "Green Chemistry Theory and Practice". Nueva York, Oxford University Press
2. D.
Díaz, M. G. Finn, K. B. Sharpless, V. V. Fokinb, C. J. Hawkerc. Cicloadición 1,3-dipolar de
azidas y alquinos. I: Principales aspectos sintéticos. Anales de Química 2008, 104(3), 173−180
4. González, ML.; Valea, A (2009). El compromiso de enseñar química con criteros de
sostenibilidad: la química verde. Educación Química, nº2, p 48-52
5. Ramón Mestres (2013). Química Sostenible: Naturaleza, fines y ámbito. Educ.
quím., 24 (núm. extraord. 1), 103-112
Hola putitos jaja
ResponderEliminarwebos que
ResponderEliminarcalla culio
ResponderEliminarque sad que no te presten atención y quieras llamar la atención con eso
Eliminartienes razon
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